Aléjate de la ciudad por un momento, unas horas tal vez, adéntrate en el bosque, cierras los ojos y respira. Deja de pensar en todo lo cotidiano, en todo lo que normalmente tiene tu mente ocupada y, escucha las gaviotas, los pájaros, siente como el aire toca tu cuerpo, siente la energía. Entonces empezarás a sentir paz, tranquilidad, y tendrás la mayor conexión posible con la Madre Tierra.
Quédate así por unos minutos, no tengas prisa en abrir los ojos porque contra más tiempo pase más paz sentirás, te darás cuenta que este momento te va a recordar que hay algo que nos rodea que tiene un poder inmenso, una capacidad de reponernos y cargarnos de energía. Pero sobre todo te va a transmitir que no se necesita grandes cosas materiales para sentir paz y felicidad.
Muchas veces hablo de que hay que luchar por tus metas, tus objetivos. Ser y tener aquello que deseas. Pero debes de tener un equilibrio interno y externo. Y este momento que estaba describiéndote arriba que yo he experimentado muchas veces, te hace simplemente conectar con la naturaleza.
Te hace de alguna manera misteriosa darte cuenta que una de las cosas por las que hemos venido a este mundo es para ayudar a los demás, a hacer que su vida sea mejor por el simple hecho de haberse encontrado en tu camino.
Por eso, hoy vengo a decirte que hagas una vez a la semana esta cosa tan simple, no me vale que me digas que no tienes tiempo, que estas muy ocupado/a (eso es las excusas de las personas que no hacen las cosas). Además compártelo porque le estarás haciendo un gran favor a toda persona que lo ponga en práctica.
OS DESEO UN INICIO DE SEMANA FANTÁSTICO
Gracias Gracias y más Gracias
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