Qué haces cuando tocas fondo?
Qué haces cuando no sabes donde ir?
Qué haces cuando el alma y la mente están bloqueadas? Cuando crees que ya nada puede ir peor y el sentimiento de culpa, fustración y desamparo te invade totalmente.
Lo dejas y abandonas todo, te encierras y lloras, te paralizas y dejas de hacer cualquier cosa,.... la verdad es que hay que reconocer que todos y cada uno de nosotros hemos pasado por momentos a lo largo de nuestra vida duros y nos hemos quedado paralizados, hundidos y sin fuerzas ni para caminar, llevamos tan cargada la mochila de cosas y personas que no somos capaces ni dar un solo paso.
Pero os digo lo que hice yo, empecé a relajar la mente porque sabía que era un estado mental que logicamente estando bloqueado sería incapaz de pensar con claridad. Me quité la mochila y analicé cada cosa, cada discusión, cada persona, cada secreto, cada fallo que habia cometido y los acepté como parte del aprendizaje de mi vida y, entonces una vez estuve en paz conmigo mismo supe el camino que debía de tomar, como sería mi vida a partir de ese momento.
Empecé a rodearme de personas que estaban donde yo quería estar y que tenían mi misma filosofía.
Empecé a no preocuparme por personas tóxicas que solo hacían más que criticar.
Empecé a ver los insultos, malas caras y gritos de las personas como su realidad, su falta de felicidad y, no tenía nada que ver con mi vida.
Empecé a actuar sobre todo aquello que decía debía de hacer pero no hacía.
Empecé a tomar decisiones que por miedo a que pasará no había hecho.
Empecé a no agradar a los demás constantemente porque primero debía de respetarme a mi mismo, debía de quererme y saber que la persona más importante de mi vida era yo.
Empecé a dar amor y felicidad a aquellas personas que sin pedir nada a cambio, me lo entregaban.
Empecé y ya nunca volví a ser el mismo.
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